De arco a arco, Navarro Montoya y Fillol palpitan la gran final

De arco a arco, Navarro Montoya y Fillol palpitan la gran final


La puerta de dos hojas se abre de par en par y detrás de ella se cuenta la leyenda. La del tango, claro. Porque el Café Tortoni refleja en su paredes aquellas voces que hicieron del 2×4 un patrimonio nacional. Pero por estas horas también se narra una fábula. La del Mono y el Pato, animales bajo los tres palos de Boca y River, dueños de los arcos más grandes del país. O como dice Ubaldo Matildo Fillol, sobreviviente de la única final que disputaron los colosos del fútbol argentino hace 42 años, «los que tienen más historia» porque todos «miden igual». Sí, ahí está el número uno que supo vestir el buzo verde esmeralda en el Monumental desde mediados de la década del setenta hasta principios de los ochenta. También, Carlos Fernando Navarro Montoya, ícono azul y oro en los noventa. Palpitan el Superclásico con Clarín, sólo 48 del mano a mano que definirá al campeón de la Supercopa Argentina. Y lo hacen con la idéntica pasión que mostraban cada domingo. Con la voz firme como sus manos.

La charla se desarrolla en el emblemático bar de Avenida de Mayo. Producto de una campaña de la fundación del Banco Ciudad, los dos estarán en Mendoza para alinearse a un mensaje contra la violencia. Referente de sus equipos, esperan que los noventa minutos no haya que lamentar incidentes. «Sólo deseo que haya paz como en 1976. Hubo mucho fervor, una cancha a reventar y una fiesta dentro y fuera del campo de juego. Se esperó con mucha ansiedad aquel partido. Nosotros nos fuimos tristes porque perdimos, pero no hubo disturbios. No existía esa agresividad que hay ahora», reflexiona el Pato, quien todavía recuerda el golazo de Rubén Suñé, un tiro libre notablemente ejecutado que se clavó en el ángulo. «Fue inatajable», desliza. Boca fue campeón del torneo Nacional gracias a ese inolvidable remate del Chapa.

«El fútbol es una representación genuina de cómo vivimos y sentimos. Pero no es un campo de batalla. Que este partido sea una fiesta popular es lo único que nos tiene que preocupar. No se pueden dejar los valores de lado», aporta el Mono. Y le juega una chicana a su colega: «Esperemos que tenga el mismo resultado que en 1976. Tenía apenas 10 años pero lo recuerdo bien, se celebró con intensidad».

-Parece una obviedad preguntar cuál de los dos equipos llega mejor si uno se detiene a mirar la tabla de posiciones. Gallardo, sin ir más lejos, dijo que «todos podrían pensar que Boca es el favorito, pero no será así». ¿Qué puede pesar más? ¿La actualidad en la Superliga o los últimos antecedentes que favorecen a River?

Fillol: -Estar en un mejor momento futbolístico no te garantiza que vas a ganar el clásico. River está un escalón más abajo, se perdió la mística ganadora de los últimos tiempos. Hay que ser honestos: hoy Boca le saca un poco de ventaja, pero no mucho. Cuando empieza el partido, todo cambia. Y tampoco hay que pensar en que hay que poner garra, pierna y correr. Hay que tener inteligencia. Los dos equipos tienen jugadores de alto vuelo.

Navarro Montoya: -No hay que ser un erudito para decir que Boca está mejor que River. Pero no te asegura nada. Boca haría mal en confiarse. El futbolista sabe a lo que se va a enfrentar. Un Boca-River es excepcional. Pero en este caso, los futbolistas tienen la posibilidad de quedar en la historia. Y la importancia de este partido relativiza los antecedentes.

-¿Quién tiene más para perder?

Fillol: -Por lo que viene haciendo Boca en este campeonato y por los últimos años de River, no se perderá mucho más que un partido. Eso sí, como nosotros nos quedamos con las manos vacías hace 42 años, es momento para una revancha. Le calza justo el rótulo para este miércoles. Ojalá la aproveche River. Sería la revancha del siglo.

Navarro Montoya: -Ojalá que no, jaja… Más allá de la trascendencia del partido, el fútbol no termina en este Boca-River. El que gane tendrá que refrendarlo en las competencias que tiene por delante y el que pierda, levantarse.

-¿Cuáles pueden ser las claves de la Superfinal?

Fillol: -River tiene que reencontrarse con su fútbol. No nos olvidemos de que hace tres meses se jugó un clásico en Mar del Plata le pudo ganar a Boca, más allá de que en ese momento había sacado muchos puntos en la Superliga. Eso es lo rico del juego. Son 90 minutos y cualquiera puede ganar.

Navarro Montoya: -River va a proponer un partido de fricción, de reducción de espacios. Y Boca tiene que saber leer ese momento. Tendrá que jugar a dos toques, aprovechar el uno contra uno, el buen momento de Pavón, las subidas de Jara… No me imagino a ninguno presionando arriba. Y si, como dice el Pato, River va a tratar de encontrar su fútbol, Boca deberá cortar esa gestión de juego por todos los medios.

-Los arqueros pueden ser los héroes, sobre todo, si el duelo se define en los penales.

Fillol: -Yo quiero que (Franco) Armani y (Agustín) Rossi tengan una buena actuación y cada uno se vea beneficiado con un mano a mano, un penal. Los dos están buscando un partido consagratorio. Acuérdense de Barovero. Tapó tres mano a mano, un penal a Gigliotti y ese Superclásico se transformó un quiebre.

Navarro Montoya: -Aún perdiendo, los dos pueden tener una actuación trascedente. Este partido es un antes y un después para ellos.

Fuente: Clarin

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