La sociedad civil arma un frente para exigir cambios en el sistema electoral venezolano

CARACAS.- «Exigimos el derecho a vivir en democracia». El padre José Virtuoso, rector de la Universidad Católica Andrés Bello, elevó su voz por encima de su auditorio, al tanto de que estaba en representación de la Iglesia Católica. Y también por encima de las propias circunstancias, las peores en la historia de Venezuela.

«Decimos desde el dolor del pueblo que necesitamos cambiar de gobierno y de modelo», subrayó Virtuoso ante el embrión del Frente Amplio Nacional, la nueva agrupación multisectorial para exigir cambios en el sistema electoral, que permitan unos comicios presidenciales transparentes. Ayer, en Caracas, coparon el aula magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV), el mayor centro público del país, que jamás pudo ser tomado por el chavismo.

Hasta allí acudieron rectores, profesores, dirigentes estudiantiles, políticos opositores, ONG de derechos humanos, organizaciones civiles, colectivos obreros, economistas e intelectuales para dar voz y para prestar su apoyo, bajo un lema que es un clamor para todos: «Venezuela no se rinde».

«Hoy la Iglesia venezolana decide construir la gesta de la unidad nacional en defensa de la vida de todos los venezolanos. El compromiso es desterrar la tiranía y la dictadura», dijo Virtuoso, que además recordó la postura de la Conferencia Episcopal ante las elecciones del 20 de mayo, «un espectáculo de alineación en medio de la penuria, lo que constituye un despropósito y un verdadero crimen».

La anfitriona del acto fue Cecilia García Arocha, rectora de la UCV, que insistió en la unidad necesaria para cambiar el rumbo del país: «Ni siquiera el proyecto más pequeño que podamos imaginar se construye dividiendo».

Confirmando esas divisiones, sectores radicales antichavistas criticaron la iniciativa opositora, incluso acusaron al Frente Amplio de ser la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) escondida «tras las sotanas de los jesuitas».

Junto a los intelectuales también estuvieron los estudiantes y los padres de los jóvenes caídos durante la represión de las protestas contra el gobierno del año pasado. «La lucha de los 140 caídos no ha sido en vano. Es urgente la reunificación de la familia venezolana y el rescate de los valores», clamaron los padres de Neomar Lander, el chico de 17 años de la ciudad de Guarenas a quien una bomba lacrimógena de las fuerzas de seguridad le reventó el pecho.

Este acto de reivindicación nacional confirmó la posición mayoritaria de todos quienes integran el foro, partidarios de una abstención activa de cara al 20 de mayo. La MUD apostó incluso por no presentar candidato a los comicios, aunque los medios de propaganda del Estado y el propio Nicolás Maduro insistan en que sí se han presentado candidatos opositores.

El criticado Consejo Nacional Electoral (CNE) confirmó ayer que en las presidenciales Maduro se enfrentará a Henri Falcón, dirigente de la MUD convertido en disidente, quien ayer publicó una columna en The New York Times para explicar los motivos de su postulación. Otros tres candidatos completan la pelea electoral: un pastor evangélico, un empresario chavista y un ingeniero también revolucionario, todos ellos desconocidos. A última hora no se ratificó la candidatura del general retirado Francisco Visconti.

En el aula magna tampoco faltaron excompañeros de Falcón en la MUD, como Andrés Velásquez y Juan Pablo Guanipa, gobernadores elegidos en Bolívar y Zulia desterrados de sus cargos por maniobras del oficialismo. «Venezuela cierra filas ante la farsa electoral de la dictadura», dijo Velásquez.

El primer paso está dado, pero el camino a seguir para la sociedad civil está lleno de obstáculos. «Este gran acto hay que repetirlo en todos los rincones del país, en las parroquias, en las comunidades, en las escuelas y en las universidades para que allí podamos construir un mejor país», reiteró Virtuoso.

En forma paralela, la oposición intenta también constituir el Frente Amplio Internacional, labor encabezada por el exjefe del Parlamento Julio Borges.

«Las democracias del mundo están dispuestas a ayudar, el proceso internacional es irreversible», dijo quien fue jefe de la delegación opositora en la mesa de negociación en Santo Domingo, y que visitará la Argentina en los próximos días para entrevistarse con el presidente Mauricio Macri.

El plan choca de momento con una sociedad que vive bajo el vértigo de la peor crisis de su historia. Según la última encuesta de Datos Group, cuatro de cada diez venezolanos quieren salir del país de forma urgente «porque no pueden comer». Una estampida que se lleva a cabo en su mayoría por los puentes fronterizos con Colombia, que permanecerán cerrados desde mañana hasta la noche del domingo por decisión del gobierno de Juan Manuel Santos. Ese día, el país cafetero celebrará elecciones para el Senado y para la Cámara de Representantes.

Fuente: La Nacion

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